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viernes, 5 de junio de 2020

Capitulo VI - Moguilov 1871

Moguilov 1871

 

Nos vamos a volver unos años atrás y dirigirnos a unos 1150 Km más al Noreste de Leutmansdorf.

Más específicamente a Moguilov, Bielorrusia.

Según Wikipedia: Maguilov es la Capital de la Provincia Homónima y sede administrativa del distrito homonimo.

En 2010 tiene una población de 354 000 habitantes, siendo la tercera ciudad más grande del país tras Minsk y Gómel.1

Se ubica, junto a la carretera E95 que une Odesa con San Petersburgo. El río Dniéper pasa por la ciudad.2

Allí el  12 de Enero de 1871, nace Jakob o Salke Musykant o Muzykantoff, hijo de Elias Musykant o Muzykantoff, y de Chaja Bernstein, fueron sus hermanos Abraham y Leo (Sam, Samuel o Ian) nacido el 2 de julio de 1888. Y creo que también tuvieron una hermana, pero eso no lo he podido comprobar todavía.

Jakob fue mi abuelo paterno.

Al igual que su padre violinista, Jakob siguió la carrera de músico para preservar la tradición familiar dado que el apellido Musykantoff denota profesión de músico. Aunque se especializó como cellista.

Moguilov es y era una ciudad pujante e industrial a orillas del rio Dnieper en Bielorusia y contaba con varios lugares donde músicos profesionales tenían posibilidades de subsistir en alguna orquesta estable de algún noble acaudalado, aunque los ingresos extras provenían de tocar en acontecimientos especialmente bodas.

Para fines  el siglo Jakob decide probar suerte en Alemania que se destacaba por ser un polo de atracción de la cultura, en especial la ciudad de Berlín, para ello inicia un largo viaje de aprox. 2000 km, que requería realizarse en varias etapas por cuanto no existía línea férrea directa y mucho de los trayectos eran en diligencias.

Así la cosa es que el destino quiso que tuviera que pasar por  la ciudad de Varsovia, Capital de Polonia, en ese tiempo bajo el dominio de Rusia y al pasar en diligencia por un cruce de calles vio una chica que lo impactó de inmediato.

E hizo lo que marcaba el protocolo de aquella época, necesitaba que la presentación la realizara de una casamentera reconocida.

Así que hizo parar el cochero y se fue en búsqueda de la casamentera más próxima, describió lo mejor que pudo a la chica que había visto y esta prometió realizar su cometido a la brevedad dado que Jakob debía seguir viaje.

Algunos días más tarde el misterio se había develado, Se trataba de Sara Ziegenbaum, hija de una familia judía tradicional y bien constituida, para entonces tendría unos 16 o 17 años, que debió ser preparada con “urgencia” para su casamiento , incluido los conocimientos de “buena esposa”.

Los argumentos que esgrimió la casamentera para que los padres de la muchacha aceptaran de inmediato, es que se trataba de un apuesto joven, muy bien educado, y con un talento extraordinario para la música de manera tal, que su meta era la Opera de Berlín donde solo los mejores músicos del mundo trabajaban.

Obviamente “se olvidó” de comentar que Jakob era un “libre pensador” un grupo de judíos que cuestionaban a la Toráh, argumentando que esos preceptos eran muy buenos pero en la época que habían sido escritos.

Ejemplos. En el Sabbath se debe dejar el fuego prendido, eso era bueno en la época en que había que raspar dos palitos para encenderlo, pero no cuando con una perilla se encendía la luz y con solo girar una perilla se podía prender el gas. Así muchas cosas más, inaceptables para los ortodoxos.

Pues bien. La boda se concretó para unos 15 días más tarde, aunque los jóvenes recibieron el permiso de charlar en dos o tres ocasiones en un lugar público para estar seguros que congeniaban. También eso marcaba la costumbre

Mientras tanto Sara recibía lecciones de cocina, organización del hogar y crianza de niños.

Ni bien fueron casados emprendieron nuevamente el viaje de los aprox. 900 km restantes hacia Alemania.

Hay que tener muy en cuenta que el joven matrimonio no tenía ni una dirección a donde se iban a establecer ni siquiera la ciudad , y que las comunicaciones por carta podían tardar varios meses, o sea que los padres de Sara no sabrían a ciencia cierta si volverían a ver a su hija.

Una anécdota: En su apuro por aprender para ser la “esposa perfecta” ella aprendió a hacer un ganso relleno.

Así que ni bien tuvieron un lugarcito propio cocino con mucha alegría ese plato que a mi abuelo le pareció delicioso, Entusiasmada ella, volvió a cocinar ganso relleno, lo que a mi abuelo le pareció rico, a la tercer vez que apareció en la mesa un nuevo ganso relleno, el sin decir una palabra, se levantó de la mesa y arrojo la bandeja por la ventana.

Supongo que mi abuela aprendió la lección.

Sobre Varsovia de esa época puedo agregar que si bien era la capital de Polonia estaba muy atrasada en materia de obra pública, en especial alcantarillado de manera que aunque en el centro de la ciudad la mayoría de las casas eran de tres pisos de departamentos, existía un único baño que se encontraba en el patio bastante alejado del edificio por su mal olor, y en especial durante la noche y más especialmente en invierno era muy frecuente que la gente hiciera sus necesidades en una bacinilla y arrojara el contenido por la ventana a plena calle. Por lo que la gente acostumbraba a caminar por el medio de la calle y no a la orilla de las casas.

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2 comentarios:

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Eduardo Muzykant

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