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sábado, 4 de julio de 2020

Capitulo X - El Paquete Misterioso

El paquete misterioso

"In memoriam" Gustav Adolf Pohl ( 188? Silesia - 1963 Weisendorf)

Gustav Adolf Pohl y su esposa Selma Pohl geb Riedel


 Debido a un regalo que me hicieron hace unos pocos días, y que voy a comentar al final de este capítulo lo que es, me vino a la memoria un recuerdo tragicómico que me comentó mi madre. 
Esto ocurrió aproximadamente en 1918, antes de finalizar la primer guerra mundial. 
Para mayor comprensión del que estoy comentando, voy a aclarar que estamos hablando de un pueblo lejos de una ciudad de población importante, dedicado mayormente a la agricultura o a la minería, con casi ningún contactó con gente de otras latitudes y con la mayoría de sus pobladores de muy bajos ingresos. 
Bueno, el hijo mayor de “Pohl Vater” (Padre Pohl), como mi madre llamaba a su padrastro, estaba en el frente de guerra posiblemente en Francia y muy posiblemente en una ciudad importante con diferentes gustos, y amplios conocimientos culturales. 
La historia es que le envió a su padre un paquete de media libra (halbes Pfund) (aproximadamente cuarto kilo),medida muy frecuente para esa época. 
El producto era algo oscuro, casi negro, negro, bastante aromático, muy parecido a hierba seca, pero mucho más oscuro. 
Pues bien, qué podría era eso que su hijo querido mandaba con tanto cariño?, obviamente debía ser algo valioso, pero qué? Y no había ninguna nota que devele el misterio, ni carta que acompañe el misterioso paquete. 
Entonces… qué hacer? 
Habría que recurrir a alguna persona que pudiera explicar que pudiera ser eso.
 Debía ser alguien con conocimientos universales, y que supiera de cosas que podían existir en otras partes del mundo. 
 Hoy en día es casi incomprensible tanto desconocimiento, cuando por medio de internet, podemos ver las condiciones climáticas de cualquier parte del mundo, o sus paisajes, incluso obtener recetas de productos que desconocemos, pero en esa época el conocimiento no iba más allá de los límites del pueblo o a lo sumo del estado. 
La primer elección recayó en el Pastor Luterano (porque lo conocían, eran feligreses de la iglesia), este se mostró totalmente desorientado, no tenía la menor idea de lo que estaba viendo, sin embargo, recomendó que consultaran con el cura católico que tenía más conocimientos y posiblemente haya ido hasta Roma inclusive. 
 El cura, miró, pensó, y de repente recordó algo, en un diario había leído que muchas veces se usaba vegetales deshidratados cuando los frescos no llegaban a los frentes de batalla y que seguramente eso fuera eso, vegetales deshidratados, que según el recordaba, el diario comentaba sobre  esa maravilla de la tecnología alimentaria, se debía remojar por la noche y luego se preparaba como verdura común, y se podía hacer cualquier comida con eso, de la misma manera que con vegetales frescos. 
Contentos con esa explicación, mi abuela se dispuso a preparar una comida de gala, agradeciendo a ese buen hijo que pensaba en su familia y que además cumplía su deber patriótico de defender la patria. 
 Para aumentar lo poco que eso parecía, agrego lo poco que quedaba en la alacena, una zanahoria y unas pocas papas y una de las últimas raciones de carne ahumada que quedaba.
 Con mucha alegría y esperanza sobre la nueva comida se sentaron alegres y expectantes alrededor de la mesa. 
Pero a la primera cucharada,  sus caras cambiaron a decepción y desesperación, eso era incomible. 
Tenían hambre y mucha, pero ese caldo negro tenía un gusto amargo insoportable y un olor muy penetrante. 
Con tristeza y decepción uno a uno fue devolviendo el plato.
 Entonces “Pohl Vater” lleno de rabia y desesperación, apeló a su amor de padre, diciendo “Si esto lo come mi hijo que está defendiendo su patria y por ende a nosotros, pudo hacer el sacrificio de apartar algo de su comida, que EL puede comer, yo también lo haré” y sin más comió la comida de todos. 
Durante varios días sintió malestar, pero sobre todas las cosas, le fue imposible conciliar el sueño, su corazón palpitaba con furia y sentía una imposibilidad de descansar. 
Algunos días más tarde llegó la esperada carta del hijo. 
En ella explicaba que había juntado las pocas monedas que se le daba por servir a la patria, para obsequiar a su querida familia con algo que en las grandes capitales hacia furor en la clase alta.
 Una bebida llamada

Té en hojas , así lucía lo que había en el paquete 


Ahh bueno, respecto a lo que activó mi recuerdo, fue una bolsita de Té en hebras que me obsequiaron, algo que ahora tampoco se ve mucho , dado que se reemplaza por Té en bolsitas.
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2 comentarios:

  1. Es increíble que un objeto, color o sabor, nos remita a un recuerdo importante. Nuestra mente está atada a esos enlaces del pasado.

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    1. Que lindo es lo que has comentado. concuerdo totalmente contigo

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Eduardo Muzykant

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